Los desecantes son la parte activa de un desecador de laboratorio, deben ser sustancias fuertemente higroscópicas capaces de producir y mantener un ambiente seco, evitando así que las muestras depositadas en su interior puedan modificar su peso o composición por absorción de agua.
Son muchos los compuestos y sustancias químicas que pueden funcionar como desecantes en un desecador de laboratorio. Bien por absorción o adsorción de agua pueden provocar una disminución de la humedad relativa en un recinto cerrado como es un desecador. Además, por su diseño, en el desecador el agente o sustancia desecante no estará en contacto con el producto que queremos mantener seco, permitiéndonos elegir entre diversas alternativas.
La elección del agente desecante dependerá de aspectos como eficacia, disponibilidad, coste, posibilidad de regeneración, peligrosidad, etc.
A continuación explicamos cuáles son los desecantes más comunmente usados en un laboratorio, así como algunas de sus propiedades.
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Desecantes de carácter ácido:
Ácido sulfúrico concentrado: con gran afinidad por el agua, es un potente agente desecante y deshidratante capaz de extraer el agua de sus compuestos. Disponible en los laboratorios pero peligroso, debe manejarse con precaución por personal experto o bajo su tutela.
Óxido de fósforo (V): muy higroscópico absorbe agua para formar el ácido. Es bastante común en los laboratorios, rápido y eficaz, pero algo caro.
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Desecantes de carácter básico:
Hidróxidos de sodio y de potasio anhidos: son económicos y bastante eficaces, disponibles en los laboratorios y de manejo sencillo, pero teniendo en cuenta que son bases fuertes (cáusticas).
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Sales:
Cloruro de calcio: es un producto muy accesible y barato, de gran capacidad pero lento y moderadamente eficaz. Utilizado en múltiples aplicaciones puede considerarse un producto de bajo riesgo, pero debe evitarse respirar el polvo.
Sulfato de magnesio anhidro: desecante de gran capacidad y eficacia, bastante rápido y económico. Es una opción muy buena por ser fácil de manejar y de bajo riesgo.
Sulfato de sodio: desecante de gran capacidad, lento y moderadamente eficaz.
Sulfato de calcio anhidro (anhidrita): rápido y eficaz pero de capacidad reducida. La anhidrita absorbe agua y se transforma en yeso (sulfato de calcio hidratado).
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Geles
Gel de sílice: Actúa por absorción superficial. Su elevada eficacia, así como su falta de peligrosidad y su bajo precio le convierten en una de las alternativas más convenientes como agente desecante. Puede regenerarse por calentamiento y usarse repetidamente. Su color naranja original irá virando al verde oscuro hasta alcanzar su límite de absorción (normalmente un 40%). Ver gel de sílice naranja en Quercuslab.
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