El matraz aforado es un instrumento de medida muy preciso e imprescindible para la preparación de soluciones de concentración conocida. El elemento distintivo de un matraz aforado es la marca de su cuello, que señala el enrase para completar su volumen nominal.
Una de las operaciones más habituales en un laboratorio consiste en preparar una disolución de concentración conocida a partir de un reactivo sólido. Realizados los cálculos correspondientes, pesaremos el producto sólido y seguidamente debemos decidir cómo lo introduciremos en la estrecha boca del matraz aforado sin perder ni una mota. Evidentemente una perdida de reactivo en esta operación arruinaría la preparación de la disolución en la concentración requerida.
Consideraremos dos opciones:
1. Disolución previa
Disolver el reactivo sólido en un vaso de precipitados (o recipiente similar) con una pequeña cantidad de agua, mucho menor que el volumen del matraz aforado. Esta precaución es crucial para las operaciones de lavado y enrase posteriores. Llevar la disolución al matraz mediante un embudo. Lavar al menos tres veces con agua destilada el vaso de precipitados y añadir al matraz, asegurando que todo el reactivo se ha transferido. Después de estas operaciones, la cantidad de líquido en el matraz debe estar por debajo del cuello para realizar un enrase correcto.
2. Transferencia directa
Pasar un reactivo sólido directamente al matraz aforado es una operación delicada, que requiere mucho cuidado y práctica. La mejor opción es utilizar un embudo, arrastrando el polvo pegado con pequeñas cantidades de agua destilada procedente de un frasco lavador. Enjuagar el recipiente de pesada (vidrio de reloj o bandeja) varias veces con agua destilada sobre el embudo. No extraer el embudo hasta asegurarse de que todo el reactivo esté en el fondo del matraz.
El reactivo sólido debe estar completamente disuelto, para ello añadiremos agua destilada hasta cerca del cuello y agitaremos el matraz hasta disolución completa.
Para el ajuste final de volumen o enrase usar cuentagotas o pipeta Pasteur, añadiendo las últimas porciones de agua destilada hasta que la base del menisco coincida con la marca del matraz.
Tapar el matraz con su tapón ajustado y mezclar agitando e invirtiendo varias veces el matraz para homogeneizar el contenido.